Reconozco que soy uno de los cuestionadotes del proceso “involutivo” (insisto que necesitamos que exista esa palabra), que vivimos como sociedad, no es que quiera sonar como un anciano que insiste en que los tiempos pasados fueron mejores, pero lo que me queda claro es que cada vez se tienen más satisfactores que en apariencia nos acercan y como maldición freudiana termina siendo nuestro propio tormento.
Ya en este terreno de los reconocimientos, acepto que soy un adicto del fútbol americano, es más, admito que los domingos de septiembre a enero son para ver fútbol americano, ¿qué le vamos a hacer?, así es cuando hay gusto por algo, y es por eso lo que vi en los medios de comunicación nacionales en esta semana me tienen entre molesto y asombrado.
¿Qué fue lo que vimos?, una niña que “cautivó” la atención de la prensa mundial al aparecer como novia para pedir matrimonio a célebre jugador de Nueva Inglaterra (ni a Tim Burton se le pudo ocurrir algo tan absurdo, vamos Tim Burton no tiene nada de absurdo). ¿Qué más se vio?, una apuesta entre comentaristas, y bueno, lo puedo entender en Enrique Garay, que en años ha amoldado un estilo de narración odioso, mercantiloide y narcisista, ¡pero en Joaquín Castillo!, caray, como dirían las abuelitas, ¡es que ya no hay dignidad!, honestamente considero a Joaquín Castillo como una persona honorable, espero que tenga dignidad y lo veamos en poco tiempo en Fox, o en ESPN.
Sí, lamentable es lo que se vio en esa esquina, ¿y en la de enfrente?, por el estilo, tomando al evento como propio, oyendo a sujetos tan banales como El Perro Bermúdez “echándole buena vibras a sus brothers de Nueva York”, a Facundo siendo el “reportero” estrella, y bueno, demás detalles de una fauna televisiva que lo único que hacen es vulgarizar el ya de por si flaco ambiente televisivo.

Lamentable todo lo que se vio, para fortuna de ambas empresas el juego no sólo fue bueno, sino que salió del promedio. Se tuvo la atención hasta los últimos dos segundos, y estas dos cadenas pudieron rienda suelta a sus afanes comunicativos. Donde al final me queda la idea, ¿de verdad son los medios que merecemos?, ¿es que de verdad la vulgaridad será ya parte del sistema?
Pero si esto fuera poco, hay preguntas más escalofriantes, ¿qué sigue?, ¿veremos a Latin Lover defendiendo la naturalidad de sus nalgas en entrevistas previas a súper tazón?, ¿la nueva banda Timbiriche serán los reporteros de color para el evento?, ¿Lastelevisoras pondrán a sus niñas estúpidas de analistas de medio tiempo?, ¿la odiosa niña Gómez Mont vestirá de conejita de play boy y pedirá divorcio a Brady?, ¿Facundo grabará sus bromas arrojando ácido a los incautos que se crucen en su camino?
Duelo decirlo, pero este siglo XXI no pasará a la historia por la vulgaridad, sino por la difusión que tantos ganarán medrando con la vulgaridad.