
Intelectuales
Carmen Aristegui F.
A fin de año, un grupo de conocidos intelectuales trajo a la mesa el asunto de la libertad de expresión y su importancia para una vida democrática. Enhorabuena por el tema. Promovieron una demanda de amparo en contra de la reforma electoral porque argumentan que la prohibición para comprar tiempo en radio y televisión atenta contra la libertad de expresión. La justicia rechazó éste y otros casi 80 amparos -promovidos por cúpulas empresariales- por notoriamente improcedentes.
Más allá de que las reformas a la Constitución no son materia de control jurisdiccional, el tema está ahí para el debate. Hay que tomarle la palabra a este conjunto de ciudadanos -preocupados por la libertad de expresión- para dar la batalla en donde sí se puede dar a favor de lo que esgrimen. ¿O creen que solamente en esa prohibición para comprar spots radica el único o el principal peligro a la libertad de expresión en México? Su estatura intelectual los obliga a conocer sobre las múltiples acechanzas a la libertad de expresión que hoy existen en México.
El narcotráfico, los cacicazgos locales, la concentración en medios, por citar los más evidentes. Yo personalmente no creo que las nuevas reglas del juego político electoral coarten, como se dice, a un "régimen deliberativo democrático". Digamos que es opinable. Lo importante es el tema. Debatir, en serio, qué es lo que posibilita o imposibilita, en este país, el libre juego de las ideas. Ésa es, en sí misma, una obligación de los intelectuales. Este grupo y los demás que se dedican profesionalmente al debate deben comprometerse, también públicamente, a promover una discusión profunda, por ejemplo, sobre una reforma de medios de comunicación como la que dejó perfilada la Suprema Corte de Justicia con su brillantísimo debate y resolución sobre la acción de inconstitucionalidad a la Ley de Radio y Televisión. Utilizar estos recursos intelectuales y jurídicos para impulsar un nuevo marco legal que garantice el acceso a la información libre, a la competencia y estándares de comunicación ética y profesional que este país requiere.
Quedarse en la prohibición de spots a particulares como único tema de denuncia pública sería muy pobre para el tamaño de las firmas. Las restricciones para el uso del dinero -como herramienta electoral por parte de particulares- no son, por cierto, nuevas. Existen desde 1996. Ahora está en la Carta Magna y habrá sanciones al infractor.
Evidentemente la reforma es una respuesta a la serie de abusos, intervenciones indebidas y prácticas antidemocráticas que marcaron, sin remedio, la elección presidencial del 2006 y que no recibieron sanción alguna para nadie pero que sí produjeron una profunda crisis políticoelectoral cuyos estragos todavía padecemos.
Los intelectuales reclaman con su recurso -bajo la batuta legal de Fabián Aguinaco- que se reduce el campo del ejercicio de la libertad de expresión de las ideas, así como de la libertad para deliberar... arrancando y eliminando de dicha esfera el derecho de los quejosos para acceder a los medios de comunicación con igualdad y equidad. No poder comprar spots, dice Aguinaco, restringe sus derechos "...al gobernado, al hombre de la calle, al intelectual y al campesino". ¿De veras creen que un campesino o ciudadano de a pie iba a comprar spots en el Canal 2 para hacerse escuchar? Si en verdad preocupa la libertad de expresión, no gasten la pólvora en infiernitos. La verdadera discusión está en recuperar el carácter público de los medios, en el tema de la regulación de telecomunicaciones, de radio y televisión, en los derechos de las audiencias, en el narcotráfico, en el asesinato de periodistas. Las libertades de conciencia, de opinión y de pensamiento son aquellas que permiten expresar y defender las ideas propias y criticar aquello que se estime conveniente, sin sufrir por ello reprimenda o represalia por parte de ente o autoridad alguno. Eso ocurre en democracia. ¿Estamos en ella?
Un elemento principal radica en que los ciudadanos puedan incidir, de alguna manera, en lo que ocurre dentro de su entorno y en el marco de las decisiones y políticas que afectan al interés general. Opinar, decir, cuestionar y criticar deben ser valores irrenunciables en la vida de cualquier ciudadano. Informar, señalar, promover el debate y alentar la crítica son tareas que los medios de comunicación deben anteponer a cualquier otro interés. Ésa es, o debería ser, su tarea principal. Aquello del artículo 19 de la Declaración Universal: la libertad de expresión y opinión implica el derecho de no ser molestado a causa de sus opiniones y la de investigar, recibir e impartir información.
Los intereses económicos, de negocios, políticos o de cualquier otra índole no deben, bajo ninguna circunstancia, interferir en el libre flujo de la comunicación entre emisores y receptores. Cuando esto ocurre la víctima principal es, por supuesto, la propia sociedad. La libertad de expresión es reconocida en el mundo entero como un derecho humano fundamental. De su sano ejercicio depende la viabilidad y funcionamiento de una vida democrática. La pelea por ella debe ser irrenunciable. Los intelectuales están obligados a darla.
Deja W Radio
La radioemisora W, copropiedad de Televisa y el Grupo Editorial Prisa, de España, decidió no renovar el contrato de la periodista Carmen Artistegui, conductora del noticiero matutino Hoy por hoy, que formalmente vence este 5 de enero. Los directivos de la W comunicaron lo anterior a los reporteros del noticiario. Por tanto, este viernes la reconocida periodista se despedirá al aire de su audiencia en su espacio radiofónico, que se transmitirá, como de costumbre, y por última vez, de seis a 10 de la mañana.
A lo largo de 2007 se empezaron a conocer las presiones de los consorcios Televisa y Prisa por limitar los márgenes de crítica de la periodista. Aristegui fue la única voz en el espectro televisivo y radioeléctrico que dio espacio a voces opuestas a la ley que pretendía perpetuar el poder del duopolio Televisa-Televisión Azteca. Durante la campaña electoral de 2006, sólo esta conductora dio espacio en medios electrónicos al papel que jugó el cuñado de Felipe Calderón, Hildebrando Zavala, en la manipulación del padrón de electores.
En marzo fue nombrado director de la W el periodista Daniel Moreno, hombre cercano a Zavala y a la esposa del ex presidente Vicente Fox, Marta Sahagún. En ese periodo, la oficina de prensa de Los Pinos concedió entrevistas prácticamente a todos los conductores de los noticiarios electrónicos. Carmen Aristegui fue excluida, notablemente, de este programa de difusión.
En su espacio se ventilaron con amplitud las dudas en torno a los resultados de las elecciones de 2006 y la resolución del tribunal electoral; la versión de la “muerte por gastritis” de la anciana nahua Ernestina Ascensión, de la sierra Zongolica; las denuncias de encubrimiento del cardenal Norberto Rivera a curas pederastas; el caso del presunto pederasta Succar Kuri y la periodista Lydia Cacho, y el posterior fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que exoneró al gobernador de Puebla, Mario Marín. Éstos, entre una gran gama de temas usualmente acallados en radio y televisión.
2 comentarios:
Pues sí, una vez más quien se atreve a hacer las cosas un poco diferentes es sacrificada en el juego de los intereses. Lo simpático de todo este juego es que siempre cortan los caminos de los que dicen algo inteligente en los medios como si de verdad la gente promedio estuviera atenta a lo que dice el crítico.
Me explico: en un entorno donde lo que más preocupa es si la Paloma se casa o no, donde las nalgas de Latin Lover son controversia, donde un gol mueve al interés de las mayorías, ¿por qué la angustia de una voz que da juego a otras opiniones?
Lo último que pretendo es minimizar la calidad intelectual del público de los medios, pero es evidente notar en dónde sí están sus reales intereses y dónde no.
Es cierto, las clases burquesas hacen las revoluciones, son los enterados, los informados, lo que pueden pensar y en casos desesperados movilizar a la masa inconforme, ¿pero ese modelo funcionará dadas las condiciones de medios de comunicación actual, y que tieneden a afianzarse, exista la ley que exista?
Cierto, hay que discutir estos problemas, pero dado el camino que ha llevado la sociedad, ¿cuál es la opción al notar que las élites siempre son las mismas, las mismas que ganan y las mismas que parecemos derrotar en cada moviemiento brusco de la sociedad?
Que tal, cuando leí el artículo, será una semana atrás no me prendió el foco como ahora.
Después de asistir, este miércoles 27 al Foro sobre agresiones a periodistas en San Lázaro, y de ver por primera vez en persona a Carmen Aristegui dando un discurso, debo decir que es un gran ejemplo para todos los jóvenes que estudiamos comunicación -llevo como 5 días diciéndoselo hasta a mi perro- ,como un modelo a seguir.
La verdad que impresión, valió la pena ir solo porque estuvo ella y eso que llegó tarde. Y no hay para mas: lo primero que pensamos y comentamos mis compañeros y yo fue que si corren a la mismísima Aristegui de un programa con un rating más que aceptable, cerrando un espacio vital de la información, que se puede esperar que nos dejen hacer a nosotros.
No es posible que le argumenten a una de las máximas exponentes del periodismo en nuestro país que se cierra su programa en la W porque hay "incompatibilidad en la difusión del a información", claro, nada raro, pero desconcertante.
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