¿Quién me hizo galopar mis fantasías sexuales hasta el nirvana?
¿Qué poderoso embrujo de mujer me devoró en su regazo para no salir de ahí?
¿Quién no me prohibió bañarla con mi lava lechosa y ardiente para después lamerla de su boca y de sus senos?
¿Qué mujer tan apasionada me permitió horadar ese pequeño rincón virginal de cuatro décadas?
¿Quién me provocó acariciar tan bello cuerpo a través de espejos infinitos que clonaron su imagen?
¿Qué mujer me hizo penetrarla a golpe de martillo que derrumba pedazos de cielo sobre dos amantes nerviosos y furtivos?
¿Quién me penetró suavemente por aquel rincón oscuro y me dio un pedazo de ese cielo que caía sobre nosotros?
¿Qué mujer se vistió a media tarde como Penélope para bien amarla tocando su carne trémula?
¿Quién se deleitó sin remedio con juguetes vibratorios, espumosos… cual sueño líquido?
¿Qué mujer me hizo compartir dulces estertores que exorcisaron nuestros miedos y liberaron los, casi siempre, ahogados gritos en paredes de espejo jadeante?
¿Quién se gozó así misma tocando sus cumbres de niña, ofreciendo sus pezones como un ritual de llama doble: sexo y erotismo?
¿Qué mujer impulsó suavemente su dedo hasta el fondo del pozo de sus deseos, mientras su amante ansiaba concluir la batalla en orgasmos solidarios?
¿Qué poderoso embrujo de mujer me devoró en su regazo para no salir de ahí?
¿Quién no me prohibió bañarla con mi lava lechosa y ardiente para después lamerla de su boca y de sus senos?
¿Qué mujer tan apasionada me permitió horadar ese pequeño rincón virginal de cuatro décadas?
¿Quién me provocó acariciar tan bello cuerpo a través de espejos infinitos que clonaron su imagen?
¿Qué mujer me hizo penetrarla a golpe de martillo que derrumba pedazos de cielo sobre dos amantes nerviosos y furtivos?
¿Quién me penetró suavemente por aquel rincón oscuro y me dio un pedazo de ese cielo que caía sobre nosotros?
¿Qué mujer se vistió a media tarde como Penélope para bien amarla tocando su carne trémula?
¿Quién se deleitó sin remedio con juguetes vibratorios, espumosos… cual sueño líquido?
¿Qué mujer me hizo compartir dulces estertores que exorcisaron nuestros miedos y liberaron los, casi siempre, ahogados gritos en paredes de espejo jadeante?
¿Quién se gozó así misma tocando sus cumbres de niña, ofreciendo sus pezones como un ritual de llama doble: sexo y erotismo?
¿Qué mujer impulsó suavemente su dedo hasta el fondo del pozo de sus deseos, mientras su amante ansiaba concluir la batalla en orgasmos solidarios?
Para liflo4
George Erawi (Mr. Blue)
2 comentarios:
Qué buen comentario. Hace ver lo que uno intente como un mero esfuerzo amateur. Sugestiva y libre es la prosa que escribes. De verdad que me siento honrado de participar en esto (ya voy a escribir, claro está).
Lamento no complacerle ni darme a entender con usted, tan trabajador y buen entendedor.
Disfruto más enseñando que explicando (qué vivan los gerundios), pero ello no obsta par que uno piense según venga la vida, ¿o no?
Qué buena poesía la suya, se parece mucho a Carlos Pellicer, felicidades.
Saludos
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